Hay libros que uno puede leer porque le han sido prestados por amigos, otros gracias a las bibliotecas, pero siempre he creido que los libros de poemas deben ser nuestros. Creo que sólo tengo un libro de poemas y es de Pablo Neruda -de hecho, está en mi casa en Puebla, no aquí conmigo-, sin embargo, siempre he ambicionado colecciones completas de la poesía de Pedro Salinas, Sabines, Girondo, y muchos otros.
Conseguí en la biblioteca los libros que ven en las imágenes y, !me resisto a devolverlo! Sé que los devolveré, pero es que LOS NECESITO. Descubrí algunos poemas de estos autores que nuca habían estado a mi alcance, y que me parecen maravillosos, quisiera transcribirlos todos, pero sólo lo haré con este:
Diario Oficial
(marzo de 70)
Por decreto presidencial: el pueblo no existe.
El pueblo es útil para hablar en banquetes:
"Brindo por el pueblo de México,"
"Brindo por el pueblo de Estados Unidos."
También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
escribir el cuento de la democracia,
publicar la revista de la revolución,
hacer la crónica de los grandes ideales.
El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes idiotas
aumenten el área de los panteones
o embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro:
"Con el pueblo me limpio el culo."
He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
un rollo de papel higiénico
para escribir la historia contemporánea con las uñas
Jaime Sabines