viernes, septiembre 21, 2012

Espejos, maquillaje, de los 11 a los 27 años

Me llegó el siguiente tweet en mi cuenta y a pocos segundos le di un retweet porque me sentí identificada

I support . Makeup should be an option, not a requirement. I choose to wear it, but I also choose to love myself without it. 

Inmediatamente después, me dije:  Silvia, ¿crees lo que acabas de apoyar? ¡Sí!, fue la respuesta ¿Lo practicas? Y fui feliz al darme cuenta que también es cierto.

Fuera de contexto, esto puede resultar obvio, pero para mí, ha sido un paso importante el salir a la calle sin gota de maquillaje. Desde que tenía como 11 años tuve problemas de acné que tal vez no tanto físicamente, pero emocionalmente me afectaron mucho. Aunque eventualmente lo superé con moderación -en ambos casos física y mentalmente-apenas tuve oportunidad, encontré en el maquillaje una forma de esconder las cicatrices que me habían quedado.
 
Pasaron los años, y nuevamente en la universidad, con desórdenes hormonales fatales, tuve una crisis aún peor de acné; duro meses, tomé medicinas muy fuertes y terminé con muchas más cicatrices, incluso me sometí a 2 o 3 de esos peellings para eliminarlas por recomendación del propio dermatólgo.Fue una época horrible, donde estaba sumamente deprimida, de los peores años de mi vida. Finalmente todo se controló, pero la palabra autoestima desapareció de mi diccionario, y no me imaginaba a mi misma estando en la calle sin gota de maquillaje.

Hoy han pasado muchos años, siempre que voy al trabajo o escuela me pongo maquillaje cosa que me gusta y me hace feliz. Pero recientemente, quizás hace uno año o un poco más,  salgo sin maquillaje a tomarme un café, a comprar leche o al ginmasio a hacer ejercicio, voy al parque de la mano de Morgan sin maquillaje; no sé si me siento hermosa, pero no me siento agustiada o temerosa. Y es que desde los 11 años, desde ese primer periodo de acné, generé cierta fobia por los espejos... ahora que reeleo este post, soy feliz de que hayan pasado los años y de saber que mis intentos por ser feliz y enfrentarme a los espejos han sido exitosos, tal vez no al 100% pero sí con moderación y cierto éxito.

No, aún no me contemplo en los espejos ni en mi casa, ni en ningún otro lado, pero ya los enfrento. Hay días que a mis 27 años, con educación y con ideas feministas aún creo que me veo fatal y le doy importancia -y aunque me resista, esto es cierto y debo aceptarlo-, pero he dado pasos gigantes en este tema. Así que nuevamente reitero que,

I support . Makeup should be an option, not a requirement. I choose to wear it, but I also choose to love myself without it.


miércoles, septiembre 12, 2012

Cambiando

Aunque me resista a aceptarlo, ya no hace calor, el viento se siente frio y algunos árboles -los pequeños- están completamente rojos. Sin embargo, aún no quiero ponerme botas, porque una vez que lo haga no dejaré de usarlas sino hasta marzo 2013.

Mis flores aún se mantienen vivas, pero no sé cuántas semanas más durarán; los colibrís aún siguen aquí, pero aún no estoy segura si pronto volarán a México o decidirán quedarse aquí o en Victoria.

Y mientras los días se hacen más cortos y el viento frío comienza a soplar, yo sigo leyendo, tejiendo, buscando trabajo, cambiando los mojitos por el té, y feliz a lado del hombre que amo.

Nota: Hace unos dos o tres años, gracias a un post que escribí sobre el cambio de colores en los árboles y el otoño, conocí a mi amiga Kris, con quien ahora tengo una amistad; nos mandamos cartas, correos y me hace feliz saber que mi blog nos conectó. Hoy tengo la certeza de que un día de estos nos estaremos tomando un café.


miércoles, septiembre 05, 2012

Calendario navideño

De verdad que quiero escribir, pero mi vida actualmente se centra en encontrar un trabajo y como aún no lo consigo no quiero ser negativa, o de plano un poco dramática como en el post anterior que escribí una mañana, donde  tenía que expresarme con alguien en español.

Pero mientras mis búsqueda sigue, aún leo 2666 de Bolaño, ya estoy en la tercera parte y ¡lo amo! Además he terminado mi proyecto tejido que es un calendario del adviento, sobre el que hablaré ahora.


¿Por dónde comenzar? En México, mi abuelita utiliza una corona de adviento con 4 veladoras que representan los 4 domingos previos a la Navidad. No me pregunte el por qué o qué significado porque lo desconozco, a duras penas pude articular coherentemente la oración anterior. Sé que las velas son de diferentes colores, y que la corona de adviento sin duda tiene un significado religioso. Ahora bien, aquí jamás he visto tal corona, pero lo que sí he visto, sobretodo en familias donde hay niños, es un mentado calendario de adviento.


Aquí el calendario de adviento representa los primeros 24 días de diciembre. Hay calendarios de plástico, y de toda clase de materiales. Como ejemplo el siguiente, formado de cajoncitos;  cada día un cajón se abre y se encuentra con una sorpresa. Las sorpresas pueden ser de todo tipo, dulces, chocolates, cualquier cosa, he ahí la razón del porqué son dirigidos a los niños. (Consideren que estos comentarios son mis conclusiones luego de vivir aquí 5 años y haber pasado 4 Navidades aquí)

Este con cajoncitos, por alguna razón tiene 25 días. 

 Pueden tener diferentes formas, yo inicialmente quise hacer uno de fieltro, que es de las pocas manualidades que se me facilitan.
Este tiene tipo bolsitas, con pequeñas cosas adentro.

 El que finalmente decidí hacer es el de la primera foto que verán ahora. La siguiente foto es el resultado de lo que hice. Los guantecillos son obviamente pequeños, cabe un barniz de uñas, bolsitas de té, chocolates, etc.

Modelo que seguí

Lo que yo tejí.


Ahora ya quiero que sea la Navidad y ver qué clase de cosas pondré en ellos.