lunes, agosto 26, 2013

12 cosas

Hace 6 años llegué a Canadá, y muchas cosas han pasado desde entonces. Sin razón alguna he decidido hacer una lista de mis 6 primeras impresiones de Canadá y 6 nuevas impresiones que ahora tengo luego de 6 años de mi llegada. 

Primeras impresiones

1. La gente no es bilingüe (los canadienses no hablan con fluidez inglés y francés)
2. Las calles/carreteras nunca tienen hoyos
3. La gente se quita los zapatos para entrar a las casas
4. Puede uno dejar cosas afuera de su casa y nadie se las roba (carreolas, zapatos, bolsas, prácticamente cualquier cosa)
5. El transporte público es apto para personas discapacitadas
6. Los canadienses aman México, concretamente Puerto Vallarta, Cancún y toda nuestra comida -incluyendo versiones falsas de nuestros tacos-

Cosas que 6 años después pienso

1.La gente está obsesionada con los bienes raíces
2. Los canadienses son amables y educados, por lo que pocas veces dicen lo que verdaderamente creen u opinan.
3. La comida es mala, muy mala
4.Existen políticos respetables
5.Siempre me siento segura camiando sola, confío en la policía y me da gusto el compromiso que prácticamente toda la gente tiene con el medio ambiente. Salir del doctor y dar simplemente las gracias siempre me parecerá algo increíble.
6. El hockey es interesante y emocionante, aunque por alguna razón tolera la violencia



lunes, agosto 12, 2013

Sigo soñando

Siempre he querido mucho a mi hermano, desde que era un bebé lo quise mucho. Soñaba con que fuera más grande y que pudiera ir de la mano conmigo por la calle...y eventualmente sucedió, y caminaba con él de la mano en el centro comercial y cantábamos (casi gritábamos) canciones de los Power Rangers para que mi mamá se molestara. También siempre soñé con ayudarlo a hacer la tarea e igualmente sucedió durante el kinder y la primaria.

Ahora sueño con un día estar en Puebla e ir por el a su nueva prepatatoria, en que salga con su novia, y que ésta, mi hermano, Morgan y yo vayamos a comer juntos. Sueño con que un día venga a visitarme y se de cuenta el pésimo futbol que se juega aquí.

Y mientras sigo soñando, soy feliz de que haya entrado a una prepa donde estoy segura le irá muy bien y tendrá muchos amigos.


Hombrecillos y plantas


Mientras esperaba que me llegara un libro que específicamente encargé a la biblioteca, leí Lo que sé de los Hombrecillos, de uno de mis autores  favoritos, Millas. Efectivamente, el libro trata de pequeños hombrecillos con los que un profesor universitario tiene contacto, hombrecillos que pueden vivir en el bolsillo de nuestros pantalones. No contaré más del libro, porque nuevamente recomiendo ampliamente su lectura.


El libro que esperaba finalmente me ha llegado: The Day of the Triffids, de John Wyndham (¡escrito en 1951!). Hace semanas vino a mi casa nuestro vecino y amigo Sheldon a jugar un juego de mesa y tomar té. Aunque ya había estado en la casa varias veces, fue hasta ahora que se dio cuenta lo bonitas que están mis flores del balcón -que sólo tengo durante el verano- y que las plantas dentro de mi casa estaban creciendo de forma desmedida. Sheldon entonces comentó sobre el libro, mismo que es una obra clásica de ciencia ficción y toma lugar en un mundo post-apocalíptico donde las plantas toman control del mundo.No puedo contar más porque sólo voy en el segundo capítulo pero me está gustando mucho y es una cambio radical a lo que he estado leyendo los últimos meses...ahora que lo pienso, tenía mucho tiempo de no leer ciencia ficción, y según recuerdo, este tipo de literatura me gusta.



Aún soy buena

Hoy sí tengo una historia positiva sobre los canadienses que contar. El sábado pasado luego de mucho mucho tiempo me sentí feliz y aceptada entre un pequeño grupo canadiense.  No me sentí presionada, ni fuera de lugar, ni tonta ni presionada a fingir ser alguien que no soy. Fue muy raro sentirme feliz, sin ninguna clase de ansiedad.

Y es que ya he llegado a dudar de mi misma en muchos sentidos; hay días que estoy convencida que me he vuelto mala y envidiosa, y aunque en el fondo sepa que no es cierto, en ocasiones estos sentimientos son tan fuertes que ya no sé qué pensar.  Pero este sábado confirmé que aún soy buena, que verdaderamente me alegra la felicidad de otros, que me alegran sus viajes, bienes materiales, experiencias y demás.

Hace años, solía pensar como Lorca "...yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa.." , y ahora, luego de años, también lo pienso muy seguido, sin embargo el sábado en mi casa me sentí feliz, me sentí como yo misma.




jueves, agosto 08, 2013

Sin nada que aportar

No sé cómo comenzar a escribir las cosas que quiero contar. Necesito quejarme y quejarme, pero a la vez sé que me sentiré culpable y con remordimiento; al mismo tiempo creo que siempre es  bueno desahogarse, pero creo que me limitaré a un solo tema. (Esta es una buena introducción al tema que quiero hablar)

Debo confensar que mi tolerancia a los canadienses que me rodean es practicamente nula luego de casi 6 años de tratar (TRATAR) de comprenderlos y adaptarme. Obviamente, es cierto que existen millones de canadienses en este país , por eso me refiero únicamente a los que me rodean, y sin duda no a todos, pero no puedo ponerme a hacer aclaraciones y excepciones con nombres y detalles -creo que el único canadiense que lee esto es Morgan mediante la supuesta traducción que Google ofrece-.

Por alguna razón que honestamente no comprendo, ser cool e interesante es lo que se valora dentro de la gente con la que convivo mas. Yo no soy, he sido ni seré cool, nunca lo ambicioné ni me interesa en absoluto. Pero aquí, esto me hace sentirme totalmente excluída de la sociedad. Tampoco soy graciosa o divertida, no hago chistes ni menciono referencias de cultura pop americana. Leo libros que nadie mas lee, escucho música que sólo mi amigo Patricio y yo disfrutamos,  veo las noticias y me interesan los paneles políticos y las actividades de organizaciones no gubernamentales, digo lo que pienso, aunque tristemente esto último ya no siempre es cierto. 

Sé que en México, también era rara, bueno, era la misma que soy ahora, pero me sentía más comprendida, quienes eran de verdad mis amigos valoraban mi amistad y lo que yo como persona ofrezco y represento. En México, me sentía al menos medianamente inteligente, con tema de conversación, y si bien no era la persona más interesante en una reunión, siempre sentí que tenía muchas cosas que aportar. Aquí me pasa lo opuesto, no me siento inteligente en lo más mínimo y siento que a nadie le interesa lo que soy y represento.  Posiblemente lo anterior no sea cierto, tal vez lo exagere y sé que Morgan trataría de dar ejemplos que me desmienten, pero sea como sea, así es como  lo siento.

Quizás es unos años finalmente me vuelva cool (cosa que dudo porque no está en mis planes, ya me he sobre adaptado bastante) o logre finalmente que nada de esto me afecte.