jueves, noviembre 15, 2007

El baile y yo





¡Siempre me ha gustado bailar!
En el kínder amaba las clases de danza regional con la maestra “Peggy” -¡no es un invento, así se llamaba!-; sé que no era mala porque en una presentación que tuvimos en la “Casa de la Cultura” estuve hasta adelante ya que la profesora así lo decidió. Mi mamá y mi abue sabían que se me “facilitaba” la danza, así que por años (los primeros 3 o 4 años de la primaria) me impulsaron a que siguiera tomando clases por la tarde. Sin embargo, muchos factores hicieron que tuviera que dejar la danza regional, y la verdad es que es uno de mis traumas, porque sé que tenía futuro. Dejé de bailar por años, al menos las clases formales .

Hace cuatro años - en agosto de 2003, mi primer semestre en la universidad-, una de mis compañeras (ahora mi super amiguita Dilia) me dijo que por qué no entraba a clases de hawaiiano y tahitiano, que ella era la maestra. Y no lo pensé dos veces: era barato, cerca de casa de mi abue, y si bien no era uno de “mis sueños” sabía que me iba a gustar mucho. Resultó ¡un éxito total! Amé las clases, y quiero pensar (a menos que mi maestra diga lo contrario) que se me facilitó. Adoré las clases, la forma asquerosa de ejercitarse y sudar, las presentaciones, los vestuarios, los cocos –tal vez porque me favorecen ajjaja-: ¡todo! De hecho, ahora que lo analizo, aprender a bailar tahitiano ha sido de las cosas que más he disfrutado en la vida, mucho más que cuando en secundaria me empeñé en ser del grupo de teatro y tuve una mediocre participación en Tom Sawyer (me robaron vilmente un papel importante que no era el de Becky, pero en fin…), me gustaban las clases de teatro, no voy a negarlo, pero nada como el tahitiano. En preparatoria también estuve en clases de baile de salón junto con mi amiga Nalle; el profesor cubano era excelente (conocía a todos los de Buena Vista Social Club, y de hecho Rubén Gonzalez –qepd- ¡era su amigo!), pero más que gustarme las clases, amé todas las anécdotas que viví con Nalle en ese tiempo.

Repito, mis clases de hawaiiano y tahitiano:

¡De lo mejor que me ha pasado en la vida!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga!! me pediste que desmintiera tu historia, pero no puedo, realmente eres muy buena bailando, desde el primer dia que tomaste la clase fuiste un éxito total y se te dio con mucha facilidad, yo que te puedo decir sobre el tahitiano sabes que para mi es mi maximo y me encanta, aparte que sirve de un buen relajante y tu sabes que siempre somos lo maximo tanto en las presentaciones como en bailes en general, ya que nuestro super ruru y farappu nos hace ser un éxito hasta en el reggaeton, claro ejmplo la vez que fuimos a la botica y nos pusimos a exhibirnos en la tarima, mas de uno babeo y tuvo problemas con su novia por no quitarnos la vista de encima jaja.
Te quiero.
y no olvides somos lo "MAXIMO"!!!
Dilia

Anónimo dijo...

Hola

Que felíz soy, de saber que las clases que tomaste con Dilia las hayas disfrutado tanto, es una lástima que ya no las tomes, pero cuandó fué así, eras la mejor, bailas super bonito y con esa sonrisa, seduces a cualquiera, sabes que te apoyo y quiero mucho.
sigue conquistando tus metas y sueños.