martes, octubre 28, 2008

Nos contamos de todo...


He escuchado decir a los hombres que las mujeres nos lo contamos todo entre nosotras, incluso Almodóvar hace mención de esto en una de sus películas. Pero ¡es una mentira!. Entre nosotras hablamos de muchas cosas, quizás de tamaño del pene de nuestros novios, criticamos a nuestras compañeras (de escuela o trabajo según sea el caso), mismas, que sin duda deben criticarnos a nosotras, pero siempre nos guardamos algo, ese recuerdo más doloroso que bien puede ser de nuestra infancia, adolescencia o quizás forme parte de nuestra actual juventud.


Nosotras nos contamos nuestras tristezas, hablamos sobre momentos de depresión: ¡todo!, menos ese pequeño recuerdo, imagen o momento que nos duele más que nada; no lo contamos no porque no confiemos en nuestras amigas, sino porque lo hemos escondido en lo más profundo de nuestra alma pensando que, de esta forma, es como si no lo hubiésemos vivido; no lo evadimos -o quizás en el fondo lo hacemos-, sin embargo tratamos de olvidarlo, pero nosotras mismas sabemos del fracaso de dicha tarea, llevamos años intentándolo y no hemos conseguido hacerlo a un lado, porque ese pequeño recuerdo revive cada que derramamos una lágrima. Cuando lloramos –independientemente de cuál sea la causa- y estamos deprimidas, nos llega a la mente ese pequeño recuerdo, nos sentimos culpables, miserables y llegamos a pensar que merecemos ese dolor.


Nos contamos de todo, es cierto, hablamos tanto de las gordas como de las flacas, de los malos hombres y de cuando nos empeñamos en pensar que, con quien estamos ahora es distinto a los demás; pero está ese “algo”, que yo no diría que es una espina, es más bien una rosa seca y marchita, ahí, escondida y que sólo nosotras mismas podemos enterrar.


Silvia Almanza Alonso

enero 13, 2007.

2 comentarios:

Dama Bizarra dijo...

sí, hay una parte que siempre preferimos que sea secreta ¿no? recuerdo que un profesor decía: ¿crees que me conoces? ¡pues no! soy mucho más de lo que puedas pensar jajaja! y me fascinaba ke lo dijera

Anónimo dijo...

Hola

Tines razón, yo creo que todos los seres humanos nos guardamos algo en nuestro interior y tal vez nos lo llevemos a la tumba sin decirlo a nadie, pero eso no es malo, al contrario, creo que tenemos derecho a mantener esa rosa marchita como la describes y lo ideal sería poder sacarla antes de morir, porque entonces si creo que se convertiria en una espina. TQM