Hoy por la tarde estuve en la clínica de vacunación para bebes, y vaya que pasaron muchas cosas, pero sólo comentaré 3.
Noah, un bebe de un año que apenas comenzaba a caminar estuvo en contacto por primera vez con otros bebés, al menos eso fue lo que su familia aseguró jajajaja cosa que me pareció cómica: "el primer encuentro cercano de un bebé con otro bebé". Noah, estaba tan grande y fuerte, que caminó y abrazó a otra bebé como de año y medio que por ahí andaba jugando, su muestra de afecto fue tan efusiva que la pobre güerita terminó llorando y con miedo, ajjaja.
Viví otro de esos casos donde los padres les piden autorización a los hijos para decisiones de suma importancia; la enfermera le recomendó a una mamá que tanto ella como su hija de unos mmm digamos 7 años deberían vacunarse contra la gripe para de esta forma proteger del virus al bebé que apenas tenía 4 meses. La chamaquita esta, diciendo que no quería la vacuna, haciendo drama y medio, la madre obedeciéndola, la chamaca ordenando...¡molesto! Sin embargo, fui feliz cuando minutos después medio la escuché medio berrear porque sí la vacunaron.
Este tercer caso, me sorprendió mucho y no supe qué hacer, bueno, no había nada que yo pudiese hacer. Este es el escenario: junto a donde se lleva a cabo el registro de los bebés para que posteriormente pasen con la enfermera a ser vacunados, está la clínica dental infantil, a la misma hoy llegó un niñito como de dos años acompañado de sus papás.
Primero me resistí a creer que, quienes acompañaban al niño eran sus papás. La mamá era ciega y caminaba con la ayuda de su bastón, llevaba de la mano al hijito; el hombre que iba a su lado -que al principio no estaba segura si era el papá-era también invidente y tenía un perro guía. En fin, llegaron, hablaron con la recepcionista, y minutos después salió una de las dentistas y dijo el nombre del niño; la mamá, que estaba sentada en la sala del espera le levantó y obvio con la ayuda del bastón llegó con la dentista y entró con ella al consultorio -y claro, el niñito también, ya que él era el paciente-.
No sé cuánto tiempo pasó, cuando de pronto salió la dentista, del brazo de ésta iba la mamá sosteniendo el bastón y con la otra mano sujetando a su hijito, entonces la dentista dijo: "a ver, ¿dónde está el papá?", momento en el cual el papá se levantó del sillón y yo confirmé que efectivamente era el papá del niño.
Noah, un bebe de un año que apenas comenzaba a caminar estuvo en contacto por primera vez con otros bebés, al menos eso fue lo que su familia aseguró jajajaja cosa que me pareció cómica: "el primer encuentro cercano de un bebé con otro bebé". Noah, estaba tan grande y fuerte, que caminó y abrazó a otra bebé como de año y medio que por ahí andaba jugando, su muestra de afecto fue tan efusiva que la pobre güerita terminó llorando y con miedo, ajjaja.
Viví otro de esos casos donde los padres les piden autorización a los hijos para decisiones de suma importancia; la enfermera le recomendó a una mamá que tanto ella como su hija de unos mmm digamos 7 años deberían vacunarse contra la gripe para de esta forma proteger del virus al bebé que apenas tenía 4 meses. La chamaquita esta, diciendo que no quería la vacuna, haciendo drama y medio, la madre obedeciéndola, la chamaca ordenando...¡molesto! Sin embargo, fui feliz cuando minutos después medio la escuché medio berrear porque sí la vacunaron.
Este tercer caso, me sorprendió mucho y no supe qué hacer, bueno, no había nada que yo pudiese hacer. Este es el escenario: junto a donde se lleva a cabo el registro de los bebés para que posteriormente pasen con la enfermera a ser vacunados, está la clínica dental infantil, a la misma hoy llegó un niñito como de dos años acompañado de sus papás.
Primero me resistí a creer que, quienes acompañaban al niño eran sus papás. La mamá era ciega y caminaba con la ayuda de su bastón, llevaba de la mano al hijito; el hombre que iba a su lado -que al principio no estaba segura si era el papá-era también invidente y tenía un perro guía. En fin, llegaron, hablaron con la recepcionista, y minutos después salió una de las dentistas y dijo el nombre del niño; la mamá, que estaba sentada en la sala del espera le levantó y obvio con la ayuda del bastón llegó con la dentista y entró con ella al consultorio -y claro, el niñito también, ya que él era el paciente-.
No sé cuánto tiempo pasó, cuando de pronto salió la dentista, del brazo de ésta iba la mamá sosteniendo el bastón y con la otra mano sujetando a su hijito, entonces la dentista dijo: "a ver, ¿dónde está el papá?", momento en el cual el papá se levantó del sillón y yo confirmé que efectivamente era el papá del niño.
3 comentarios:
Adoro las historias que se conocen de repente... Ahora forman parte de tu historia!
Parece sorprendente pero es real! Cuando estudiaba en Mexico hice 1 estudio sobre el lenguaje de senias. Me sorprendio saber a hay padres sordimudos con hijitos tanto sordos como oyentes, y q incluso hay quienes dudan mucho antes de operar a sus hijitos pues desean q estos compartan su lengua, cultura y forma de vida. Nunca lo habia pensado...
En todo caso me alegra q estes expuesta a distintas realidades y q estes aprendiendo tanto :o)
Tqmmm
Denni
Hola
Solo a ti te pueden pasar este tipo de experiencias, o tal vez a mucha gente, pero me da gusto que tu las estés viviendo y compartiendo con nosotros, eso nos hace valorar mas la vida y nuestros sentidos, gracias por compartir todos estos momentos con nostros. TQM
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