martes, enero 06, 2009

Gato con Prozac


Durante las celebraciones de Navidad, Morgan y yo nos quedamos en dos diferentes casas: la de mi cuñada Kezia, y la de Carol, quien es la hija de la esposa de mi suegro (ajajja si suena confuso, perdón).

En la casa de Carol, tuve que "convivir" con dos gatos, uno medianamente normal -perdón por no recordar sus nombres, pero quienes leen mi blog saben de la indeferencia que me generan los animales- y otro blanco y obeso que necesita ser medicado con Prozac.

Ya sé que suena monstruoso y poco creíble, pero es 100%. cierto. El gato debe tomar pastillas, ajajja bueno, más bien se deben colocar las mismas en la garganta, al menos esas fueron las instrucciones que se le dieron a mi suegro para que se hiciera cargo del gato, mientras la dueña de la casa y su esposa estaban de vacaciones en Ixtapa. Mi suegro se resistió, entonces se optó por la segunda forma de administración de Prozac: aplicación del gel en la oreja.

Al inocente gato antisocial y loco, sólo lo vi una vez, no, no, dos veces por 3 segundos -¡no exagero!-; la aplicación de la medicina fracasó casi todos los días, por lo que al paso de los mismos las conductas del gato empeoraban.

Estoy segura que este año volverá a estar en el hogar del gato, así que, este no es el final de la historia.

Nota: En cuando supe lo del gato, inmediatamente pensé en el libro "Más Platón y menos Prozac" ajjajaja e imaginé al gatito leyendo.

2 comentarios:

Ricardo Otero dijo...

Pobre animal!!!

Anónimo dijo...

Hola

No imagino a un gato tomando PROZAC, ques esta deprimido o que le pasa, INOCENTE MININO jajaja