sábado, agosto 11, 2007

Las golodrinas

Deben saber que no me gustan para nada las aves, ya sean voladoras, no voladoras, incluso las extintas: ¡no las resisto! Y aunque realmente no es una fobia, me mantengo alejada de ellas.

Quizás mi trauma se deba a que, siendo niña, se metió una paloma a mi casa; recuerdo muy bien la escena: yo con mi pijamita, aterrada viendo a la mugre paloma tratando de salir de la sala, estrellándose en el vidrio y mi abuelita intentando sacarla a escobazos, ajjajaja ¿díganme si no fue traumático?

Pero hoy, necesariamente tengo que escribir sobre aves.

Hace varias semanas unas golondrinas comenzaron ha elaborar su nido en mi casa, lo hicieron de una forma impresionante, veloz, y con excelente calidad; yo soy poco hábil para las actividades manuales, así que puedo asegurar que, aún teniendo grandes materiales, no hubiese sido capaz de hacer un nido tan bien hecho y, de haber logrado algo medianamente decente, con el primer viento o aguacero se hubiese desmoronado.

Semanas después de la construcción del nido, nacieron dos pequeñas golondrinas. No me gustan, insisto, pero era muy bonito ver cómo los padres iban a conseguir la comida, llegaban al nido y los pajaritos abrían el pico mientras los padres las alimentaban.

Ahora ya tienen plumas, han salido del nido, y los padres ya les están enseñando a volar, y según mi familia, también a comunicarse. ¡Toda una escena familiar- pajarezca!

Pero hoy, nos dimos cuenta que en un árbol que esta junto a nuestro comedor existe también un nido, pero de otra clase de pajarillos. Desde ayer vimos en el patio un pequeño pajarito que aún no sabe volar, pero que estaba ahí, solito y todo infladito. Yo no se si está enfermo, si tiene las alitas dañadas o que demonios, pero mi mamá sorprendió a la madre del pájaro picoteándole con maldad la cabecita -según mi mamá, así fue- y dejándolo ahí, a la deriva en pleno aguacero; honestamente no pensamos que vaya a vivir mucho (y yo, para molestar a mi mamá le dije: “mejor hay que sacrificarlo, para que no sufra” ajjajaja)

Así que en mi casa, somos testigos de los contrastes, del amor de las golondrinas por sus nuevos hijos, y del repudio que sufre este pajarito no sabemos porqué. (El pobrecillo se mete debajo del coche para cubrirse de la lluvia).

Lo que creo que pasará es lo siguiente: las golondrinas no tardan en irse, y por otra parte, el pajarito rezagado morirá, y mi mamá para vengar su muerte, podará el árbol donde sus padres tienen el nido.

Nota: Cuando comenzó todo esto de la gripe aviar, y como mi mamá tiene un canario, un día le dije: “ma, tenemos que sacrificar al canario antes de que llegue la gripe aviar, porque porque es una ave salvaje” ajajajjajaja .

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