Hay días en que me siento cansada, triste y devastada. Todo parece indicar que aún tengo que esperar varios meses para obtener mi residencia permanente en Canadá -lo que implica no escuela o trabajo en un futuro a corto plazo-.
La gente, familia y amigos me siguen preguntando que a qué me dedico, que cuándo pienso ir a México, y mi respuesta aún es la misma "hago servicio voluntario en lo que mis papeles de residencia están listos; no sé cuando iré a México, lo de los papeles no depende de mí ". Ya estoy CANSADA de esa pregunta, pero nunca puedo ser mala, porque sé que quienes me preguntan es porque me quieren y les interesa lo que me pasa.
A veces me traumo al ver que no hago absolutamente nada. Mis amigos en México-que son de mi edad- todos trabajan, o estudian maestrias, o ahorran dinero de sus trabajos y viajan... Yo no hago nada de lo anterior.
Los amigos y conocidos que tengo aquí -mayores que yo, porque realmente son amigos de Morgan- todos tienen hijos, o las esposas están embarazadas y han presionado a los esposos a comprar una casa, trabajan...Yo no hago nada de lo anterior.
Por eso hay veces que siento que fracaso en todo. Sí, ya sé que hago servicio voluntario y que las horas que dedico al mismo realmente hacen una diferencia, lo sé, pero hay días en que no me es suficiente.
En cuanto a México, estoy consciente que también tengo amigos que apenas están en la universidad o acaban de terminar la carrera. Y sobre la mayoría de esas mujeres embarazadas , con casas y miles de actividades y trabajos tienen al menos 30 años y yo tengo 24.
Sé que de estar en México, para nada pensaría en tener hijos o ya estar pagando por una casa, pero tampoco hago todo lo que mis amistades hacen en México; no satisfago ninguno de los roles que me rodean.
Pero soy muy feliz con Morgan, sé que nadie tiene un novio o esposo tan perfecto como él -bueno, mi amiga Dennice tiene a Richard, quien es un muy buen hombre-, sé que nadie está a punto de ser residente permanente de un país desarrollado.
En fin, tampoco voy a estar llorando de aquí a que tenga mi tarjeta de residencia permanente, sé que todo esto vale la pena, y que mis tristezas son exageraciones; simplemente hay días en que estoy triste y cansada.
La gente, familia y amigos me siguen preguntando que a qué me dedico, que cuándo pienso ir a México, y mi respuesta aún es la misma "hago servicio voluntario en lo que mis papeles de residencia están listos; no sé cuando iré a México, lo de los papeles no depende de mí ". Ya estoy CANSADA de esa pregunta, pero nunca puedo ser mala, porque sé que quienes me preguntan es porque me quieren y les interesa lo que me pasa.
A veces me traumo al ver que no hago absolutamente nada. Mis amigos en México-que son de mi edad- todos trabajan, o estudian maestrias, o ahorran dinero de sus trabajos y viajan... Yo no hago nada de lo anterior.
Los amigos y conocidos que tengo aquí -mayores que yo, porque realmente son amigos de Morgan- todos tienen hijos, o las esposas están embarazadas y han presionado a los esposos a comprar una casa, trabajan...Yo no hago nada de lo anterior.
Por eso hay veces que siento que fracaso en todo. Sí, ya sé que hago servicio voluntario y que las horas que dedico al mismo realmente hacen una diferencia, lo sé, pero hay días en que no me es suficiente.
En cuanto a México, estoy consciente que también tengo amigos que apenas están en la universidad o acaban de terminar la carrera. Y sobre la mayoría de esas mujeres embarazadas , con casas y miles de actividades y trabajos tienen al menos 30 años y yo tengo 24.
Sé que de estar en México, para nada pensaría en tener hijos o ya estar pagando por una casa, pero tampoco hago todo lo que mis amistades hacen en México; no satisfago ninguno de los roles que me rodean.
Pero soy muy feliz con Morgan, sé que nadie tiene un novio o esposo tan perfecto como él -bueno, mi amiga Dennice tiene a Richard, quien es un muy buen hombre-, sé que nadie está a punto de ser residente permanente de un país desarrollado.
En fin, tampoco voy a estar llorando de aquí a que tenga mi tarjeta de residencia permanente, sé que todo esto vale la pena, y que mis tristezas son exageraciones; simplemente hay días en que estoy triste y cansada.
4 comentarios:
Amigaaaaaa
Prefiero que tengas ese tipo de fracasos a que seas una mala persona, eres un excelente ser humano y créeme que quienes te conocemos bien para nada pensamos que todo te salga mal, al contrario, todos estos son pequeños pasos para tener un futuro brillante! te quiero!!
Ya llegará Silvia, espero que sea pronto y que sobretodo, no te amargue la espera...
Alguien escribió esto una vez en mi blog:
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ajjajja lo de Mozart y Lennon me dio mucha risa!
No te preocupes, la vida a los 28 es SOLO EL COMIENZO!
¡fELICIDADES!
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Sé paciente Silvia, estás empezando una nueva vida, serán unos meses de espera para muchísimos años de tranquilidad y felicidad, porque no mereces menos que eso.
Querida Silvia:
Entiendo como debes sentirte; como desfasada respecto a la vida que llevabas antes, extrañando a la que eras antes de este increíble -aunque también difícil- viaje hacia tu nueva vida. Yo también pasé por eso, en una época, los únicos amigos que tenía era los amigos de Dominique, también mayores que yo, con hijos adolescentes, con vidas ya hechas, mientras que yo tuve que volver a empezar aquí en Suiza: volver a estudir, hacer amigos, etc. Aún ahora después de cinco años, apenas voy a terminar el MA que me permitirá -por fin!- trabajar de tiempo completo aquí. Entiendo cómo debes sentirte y el desánimo que a veces sentirás. A veces te preguntas, valió la pena? cuando te das cuenta de la enormidad de la decisión que fue establecerte en otro país... Cuando me surge esa misma duda, me digo que sí, que valió la pena, pues aquí tengo el compañero con el que siempre había soñado -Dominique-, que es generoso, amable y que me quiere y apoya en todo, como a ti Morgan...
Miro am i alrededor, veo las montañas, el lago, me digo que hice bien en seguir mis sueños... hay que tener paciencia y vivir cada día como la oportunidad única de vivir experiencias fuera de la cultura en la que naciste, como duría un filósofo, "fuera de la pecera en la que nacemos". Me imagino que el verano en Vancouver ya llegó; me lo imagino verde, lleno de agua y de colores... Un abrazo. Cynthia
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