martes, febrero 10, 2009

Cambio de libro y frustraciones literarias.


Ayer tuve que desistir de la lectura de uno de mis libros (Trópico de Cáncer, de Henry Miller), cosa que me traumó e incluso lloré. Todo iba perfectamente bien, hasta que llegué a un párrafo donde no comprendí nada; decidí ignorar las palabras que no entendía y continuar para tener una idea general, ubicarme dentro del contexto, etc, pero cada que seguía este plan me topaba nuevamente con palabras que desconocía y jamás había escuchado.

Morgan me dijo que no era mi culpa, que el libro había sido publicado en 1934 y que muchas de las palabras ahí utilizadas ya no forman parte del vocabulario actual, y que por ende, no era mi culpa no comprender; "¿Cómo vas a conocer esas palabras si ya nadie las utiliza? Yo no hablo así...eres muy inteligente...con el tiempo....". Yo sé que tiene razón, pero yo puedo leer muy bien libros en español publicados en los años treintas. Me encanta leer, y espero leer libros de calidad en inglés de la misma forma que lo hago en español.

En fin, estoy segura que lograré terminar mi libro ahora abandonado, y es que cuando tengo que dejar libros que en verdad quiero, me siento fatalmente ignorante, lo mismo me pasó años atrás cuando quise leer "Así habló Zaratustra" de Nietzsche y fracasé por completo. Hoy por la mañana comencé mi nuevo libro: "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl, estoy en la página 50 y ya lo amo; de hecho la lectura de este libro ya tenía años de ser uno de mis sueños.

4 comentarios:

Dama Bizarra dijo...

jaja! sí, es una lata el idioma. Recurdo ke hace muxo compré un libro de Hesse en alemán y me traumé al darme cuenta ke no entendía ni la mitad...ash!

Anónimo dijo...

Hola

Me sorprende cada día mas tu gusto por la lectura, en verdad se te ha vuelto una adiccion, menos mal que no es nociva jajaja, sigue leyendo, te acuerdad cuando me contabas en Mexico las novelas o libros que leías jajajaja y que yo te ignoraba TQM

Riquero dijo...

Tiempo al tiempo... luego te reirás de todo esto...

Ricardo Otero dijo...

Te lo dije, el librito de Frankl es una obra maestra.