Postres

¡Me gusta cocinar! Adoro hacer postres, intentar nuevas recetas..., y claro, tengo otro sueño derivado de este gusto: tener un novio a quien cocinarle y hornear postres para él jajaja ya sé que es una ridiculez.

Mi gusto por la cocina se lo debo a mi abue, o al menos es a ella a quien se lo atribuyo; desde pequeñaba amaba ayudarla a hacer panqué de natas, mamoncitos –ahora conocidos como muffins ajajjaja-. Recuerdo que no usábamos batidora, y entonces yo con mi brazo fuerte y joven y sosteniendo la pala, revolvía la mezcla hasta que estuviera lista. Siempre, al meter el pan al horno, mi abue le daba la bendición; nunca nada se nos quemó o quedó crudo. Con mi abue aprendí a hacer panqué, empanadas de atún, de crema, gelatinas, flan, etc.

Sin embargo, al crecer y cuando dejé de vivir con mi abue, mis “habilidades en la repostería” se vieron frenadas por el temor de mi madre de prender el horno, ajjajaja así que tuve que crecer un poco más, para tener el valor de utilizarlo. Pero una vez vencido ese temor, lo único que me frena es cuando mi mamá no quiere comprarme los ingredientes.

Amo hacer gelatinas, postres, galletas, flanes, pays: ¡me encanta!, y si bien no soy una profesional, sé que no me quedan del todo mal. Aquí, en latitudes diferentes a México, he tenido éxito con mi postre de fresas (ya que las guayabas aquí son algo verdaderamente exótico y casi imposible de conseguir), galletas de chocolate, y mañana intentaré una versión canadiense de “muffins”.

¿Sobre mi sueños de postres para mi novio? Lo contaré en otra ocasión.