Tengo muchas escenas grabadas en mi memoria sobre la infancia que tuve, pero una de mis favoritas es con mi Avi, durante muchos viernes por la noche.
Todos los viernes, al menos la gran mayoría, mi mamá al salir de trabajo se iba con sus amigas del banco (en ese entonces Bancomer, donde ella trabajó la mayor parte de mi infancia; sí el Bancomer de colores verde y amarillo) a tomar café, esto obviamente era para adultos, por lo que yo me quedaba con mis abuelitos. Y no es que no los quisiera, pero cuando era niña, era con mi abue con quien estaba todo el día, con quien tenía que arreglármelas cuando no quería comer, con quien hacía la tarea, comía, etc, por lo tanto, para mí, ver a mi mamá en las noches cuando salía de trabajar era como estar en la gloria. (De hecho yo comencé a venerar a mi abue hasta que tuve consciencia de mi misma, más o menos a los 11 años, si bien antes la quería mucho, no la veneraba como lo hago ahora. ).
Pero volviendo a los viernes por la noche, yo mantenía la esperanza de poder ver a mi mamá aunque fuera un ratito; sin embargo se oscurecía, llegaba la hora de la cena, la pijama y ella no regresaba. Entonces, cuando mi abue y mi Avi se iban a la cama, yo como una vil pulguita -en palabras arbitrarias de mi abue: pulguita pedorra ajjajajaja-, me mentía en la cama con ellos –jajajja por supuesto que en medio- y ahí me estaba un buen rato; pero aquí viene la mejor parte: después de haber arrinconado a mi abue en una orilla de la cama, entonces colocaba mi cabeza sobre la panza de mi Avi y como éste siempre roncaba, mi cabeza subía y bajaba: !yo lo adoraba! Tengo aún esa sensación de sube y baja, el olor de la recámara, los colores, la poca luz, todo lo tengo atesorado.
Cuánto quiero a mi Avi, a Jorge Gil Huerta.
1 comentario:
Hola
Este blog, me hizo sentir a mí en este momento como tu te sentías hace más de 18 años, o peor QUE UNA pulguita, me hiciste sentir muy mal, perdóname, tu sabes que eres la razón de mi vida, tú y Goba
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