Me imagino que como toda mujer, muchas veces entro a tiendas sólo a ver la ropa. Hay tiendas que me gustan más que otras, y si hay algo que me gusta ver son los vestidos para fiesta, siempre me pregunto ¿por qué no soy invitada a ninguna clase de evento donde pueda ponerme un vestido así?
Mi trauma con los vestidos de fiesta surgió cuando tenía 15 años; fui invitada obviamente a varias fiestas de mis amigas, y yo siempre quise ponerme un vestido largo o de cocktail; nunca lo obtuve a esa edad, lo conseguí hasta los 17 o 18 años cuando fue la boda de uno de mis primos.
Este año fui por primera vez a la fiesta de Navidad del trabajo de Morgan; el año pasado, aún cuando ya estábamos casados fue cancelada debio a la crisis. Esta fiesta me tenía sumamente emocionada básicamente por dos razones, la primera, la oportunidad de comprar un vestido de esos que siempre quiero -ajajaj y bueno, también los zapatos-; lo segundo pero no menos importante, asistir finalmente a una fiesta canadiense, ¡sí! fiesta en la que se pudiese bailar, y no
reuniones absurdas con juegos de mesa y cosas raras.
Compré el vestido, los zapatos, fracasé con el peinado -la estúpida fulana del salón de belleza me hizo una porquería de peinado, tuve que bañarme y en fin, esa realmente es otra historia-, pero finalmente fui a la fiesta.
Elegante, con cientos de personas, miles de dólares invertidos en comida , premios, y claro, la renta de un salón enorme en un hotel en Downtown Vancouver. Hasta el momento todo era como lo había imagino, aunque me decepcionó el hecho de que no hubiese un fotógrafo oficial como Morgan me había contado que había en fiestas anteriores.
Esperaba ansiosa que la música comenzara, llevaba meses de no bailar, y si hay algo que me encanta es terminar sudando asquerosamente gracias al baile. No comprendo cuando la gente baila y no suda, ¡uno tiene que mover todo el cuerpo y eso genera sudor!
(ajjajaj sé que mi mamá debe estar pensando que lo único que quería era exhibirme, y en buena medida es cierto ajajja y más sabiendo que tengo ventaja por mi sangre latina y facilidad para mover las caderas jajajajaj)
Apenas comenzó la música con un DJ idéntico a Omar Chaparro y yo ya estaba en medio de la pista, obvio, presionando a Morgan que sé que accedió por el amor que me tiene.
Conclusiones del vestido y la fiesta1. Me encantó mi vestido
2. Creo que me gustaron más los zapatos
3. Si soy lacia y tengo buen cabello, no debo ambicionar peinados que van contra mi naturaleza
4. Si bien estuve consciente que no tocarían salsa, o reagetton, sí esperé un poco de variedad, misma que no se presentó
5. Hay gente sin ritmo, pero otros más sí pueden bailar
6. La gente aquí no conoce lo que significa el término "buen ambiente" en una fiesta
7. La gente tampoco comprende la idea de "
viboritas" "
ruedas" y demás cosas que conlleven a tocar a extraños
8. Buena fiesta en general, no quiero ser negativa ya que cumplió con los requisitos que yo tengo para considerar eventos como fiestas: música, alcohol y baile. Sobre la calidad de los bailes y la música no haré comentarios ajajjaja
¡Ya quiero que sea la fiesta de este 2010!
Nota: Sigo sorprendida de que las fotos sean de calidad y al menos yo salga favorecida.