jueves, junio 03, 2010

Cholula




Llevé  Morgan a las pirámides de Cholula al día siguiente de nuestra llegada a México, hacía un calor asqueroso y auque no viene al caso comentarlo quise quejarme. Fui entonces  a la taquilla a comprar los boletos para entrar a la pirámide, donde las cuevas y todo lo que está adentro son lo máximo -o al menos así era hace muchos años atrás-. Una fulanita X, sin identificación, ni señas oficiales de ser una trabajadora de la zona arqueológica, me dice desde la casetita de cobro: "Está cerrada la entrada, están remodelando y se abrirá hasta diciembre, lo que puede hacer es subirla por afuera y...." ¿Qué podía hacer en ese momento? Al menos me dio opciones y me explicó las cosas de muy buen modo.

Me regresé con Morgan para comenzar a subir la pirámide desde afuera como la fulanita había sugerido, independientemende de que esto era la única opción viable que quedaba; mi mamá de pronto me dijo que corriéramos, porque los voladores de Papantla íban a comenzar y Morgan nunca los había visto. Tuvimos suerte y pudimos ver todo. Sin embargo, Morgan se traumó cuando se dio cuenta que los pobres hombres, sólo viven de lo que los espectadores quieran darles como propina.

 Terminando de ver a los voladores, tuvimos que esperar algunos minutos porque de la iglesia que está arriba de la pirámide -debería saber su nombre, pero lo desconozco-,  venía una procesión con la Virgen que duró bastante tiempo. Todo esto siguió maravillando a Morgan, quien dudo que haya comprendido del todo lo que estaba pasando, aún cuando yo trataba de explicarle. Mientras tanto, me acobardé asqueroso por la cantidad de cuetes que estaban echando, la foto lo dice todo.

En la subida, nos detuvimos en un puesto de chapulines, donde Morgan fue obligado a comerlos; grave error no haberlo fotografiado.

En general, con el calor, los cuetes, chapulines y voladoras, la ida a Cholula fue un éxito y dio a nuestra visita a México, un perfecto inicio con el pie derecho. 

3 comentarios:

Lemonchelle dijo...

Ohhhh los voladores de Papantla me daban miedo cuando era niña, se me hacía súper mitico que dieran tantas vueltecillas

Nallely Ortigoza dijo...

Yo pensé que te estabas peinando en la foto, ja.

Qué horror que estuviera cerrado! pero seguro Morgan se fascinó con todo lo demás, jaja

Riquero dijo...

Qué pasada... Me alegro de que al fin hayas podido estar en tu tierra, y que tu esposo haya conocido tu país.
Un beso fuerte... :)