lunes, diciembre 10, 2007

El primer regalo

Hace más de diez años, cuando me dedicaba a leer “El llano en llamas”, a hablar por teléfono en las madrugadas con mi amiga Tere, tuve un pretendiente que decía “amarme”, no sólo me quería o le gustaba, sino que estaba enamorado de mí, al menos eso me lo repitió muchas veces; era un buen niño, era mi amigo: Jonathan Escalera. Fue el primero que de verdad trató de “conquistarme” ajajjaja, lo digo en serio, vaya que se esforzó para que yo me hiciera su novia. Me escribió unas tres cartas, era muy muy insistente y recuerdo muy bien un regalo que me dio.

El regalo estaba dentro de una cajita de compás de precisión (todo lo conservo igual), era un cigarro al que le había sacado todo el tabaco con mucho cuidado, y dentro de él, había colocado en forma de rollito, una cartita; además, en el filtro y alrededor de todo el papel arroz, también tenía escrito. El mensajito decía que “me amaba” “que le encantaba” “que le hiciera saber si tenía una oportunidad”, y que en caso de tenerla, que él se pudiera dar cuenta de la misma.

Esto fue en primero de secundaria, época en la que yo amaba todo lo relacionado con la Revolución Mexicana (sí, desde entonces ya era rara, es más creo que desde ahí comencé a ser la Silvia que soy ahora) y mantenía una relación platónica con José Vasconcelos. Una tarde me llamó por teléfono, platicamos, no sé, de la escuela, de cosas irrelevantes, y de pronto, supongo que fui yo quien sacó el tema de personajes históricos, le pregunté entonces : “¿Quién te gusta?, y recuerdo muy bien que respondió: “Tu”.

Cuando supo que me iba a cambiar de ciudad, me escribió una carta diciéndome lo mucho que me iba a extrañar, prácticamente que no iba a poder vivir sin mí. Cuando tenía unos dos meses viviendo en México, me enteré que había dejado de amarme y ahora estaba interesado en Pilar Alatriste. (jaajjaja sin comentarios)

Nunca estuve enamorada de él, realmente nunca quise ser su novia, pero debo confesar que, los primeros meses que estuve en México, todas las mañanas para ir rumbo a la escuela viajaba con unos amigos que teníamos en el DF, Miguel -uno de ellos-, utilizaba mucha loción, y al menos durante tres o cuatro meses, pensé en Jonathan Escalera porque siempre, todos los días que lo veía a las 7 de la mañana en el salón de clases olía riquísimo. No, no estaba enamorada y nunca me he arrepentido de no ser su novia, pero sí lo quería, fue muy bueno conmigo, fue el primero en darme una rosa, en darme un regalo, en verme con ojos llenos de alegría (no comprendo por qué, porque tengo fotos de esa época y no salgo nada favorecida), en tratar de ganarse mi confianza. No le escribí nunca un poema, solamente un cuento (más bien relato) que aún conservo y creo que no es del todo malo.

Hace años que no veo a Jonathan Escalera...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga me gusta que tengas historias hermosas que contar, ese recuerdo es para toda la vida, y como dices aunque no lo querias siempre te quedara esa sensacion especial por lo que el te hizo sentir, y por ser el primero en amarte, bueno en venerarte, por que, que poca que al mes haya encontrado a alguien mas que amar jajja se que no te iba a esperar eternamente, pero minimo dejar un tiempo razonable para superar su amor.
amiga te quiero mucho
besos Dilia

Anónimo dijo...

¡Qué gusto le daría a Jonathan Escalera leer cuanto significó para ti! :) TQMMM Denni

Unknown dijo...

Hola
QUE TAL ME DA GUSTO LEER ESTA HISTORIA PERO NO ESTOY MUY DEACUERDO EN LA PARTE QUE AL POCO RATO QUERIA CON ESA TAL PILAR, PORQUE PARA NADA, DE HECHO TE LLEGO MAL EL RUMOR SI PASO UN BUEN DE TIEMPO. PERO ME DA GUSTO SABER QUE ANDO POR AHI EN ESTAS PADRES HISTORIAS CUIDATE Y GRACIAS POR EL RECUERDO.
ATTE. JONATHAN ESCALERA
P.D. Y SI FUE MUY DIFICIL PERO PADRE..