(Creo que esta imagen se ve un poco dramática, pero en cierta parte refleja mi hartazgo por este mes y mi deseo de que llegue el verano)
En fin, fue hasta ayer viernes como a las 2:30 cuando todo quedó arreglado con una nueva organización. Detalles sobre estas actividades y otra más que es lo máximo (y es relacionada a uno de los tantos sueños que siempre he tenido, bueno, es más bien un sueño que surgió en la universidad en Puebla), los daré posiblemente hasta la semana del 23, cuando ya tenga más información.
Y ahora que sé qué es lo que haré, que ya tengo mis horas planeadas y me siento menos estresada, soy capaz de darme cuenta que este semestre de hecho es mucho menos pesado que los anteriores.
Quiero también contar cosas positivas, y quizás las más sobresalientes son dos. Una es que ya ha salido el horario y los cursos que se ofrecerán en el verano, y si todo salé bien, tomaré dos clases y terminaré al 100% todo el 15 de junio. La otra cosa positiva es que, una de mis profesoras de este semestre, es una mujer muy brillante. Aunque la clase es difícil y no disfruto el contenido del todo, amo tener a profesores de esta calidad.
No sé cómo, pero además me he dado tiempo para leer mi libro más reciente, mismo que espero terminar mañana o en la próxima semana y que me ha encantado.
Trataré, haré un enorme esfuerzo para que el resto de publicaciones en enero sea positivas aún con mi poco amor a este mes.
1 comentario:
Órale... a mí también me derpime mucho no tener cosas definidas, hasta que no tengo respuesta o un plan confirmado no me siento en paz, ando ansiosa y distraída...
Qué bueno que tú ya estés bien
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