Poner una canción, una simple canción que me guste, me hace inmensamente feliz. Me olvido de todo, de mis compañeras que no tolero (a quienes por cierto ya no veo), de las ganas que tengo de que algún día mi mamá me visite, cualquier cosa parece pequeña si escucho algo que me gusta. Y aunque no tan frecuente como la música, el leer poesía también hace que me olvide de la realidad que a veces no estoy segura de cómo enfrentar.
¿Cómo sentirme estresada con una canción así?
¿Cómo no disfrutar de estos versos de Oliverio Girondo?
Cansancio
Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.
Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.
Y ahora, luego de leer a Girondo y escuchar a Preisner, siento que todo parece más fácil.
1 comentario:
Qué hermoso Silvia!!!!! Esta música es bellísima.
Lo que haces es genial.
Cuando me sobrepasan las cosas, en mi caso, me cuesta mucho salir del problema, hasta que toco fondo y hago el mismo ejercicio de siempre: Me elevo, miro desde arriba esas cosas que me ponen tan mal y las veo tan pequeñitas, que me doy cuenta que no valen la pena darles tanta atención. E inmediatamente al igual que vos, busco distraerme con lo que más me gusta.
Publicar un comentario