Otro sueño más infundado pero cumplido

Siempre he amado la danza y sus múltiples expresiones, y gracias a mi amiga Lorena y sus jefes, ambas asistimos hace unos días a uno de los tantos shows que siempre soñé en ver: Riverdance.

Por si fuera poco, literalmente estábamos en la primera fila y aunque con el primer acto no estuvimos ridículamente impresionadas, el segundo acto sí fue una total maravilla. Había música en vivo, podíamos ver el sudor de los bailarines, y como buenas mujeres mexicanas, encontramos defectos y criticamos severamente. Algo de esas críticas que realmente nada tienen que ver con la excelente calidad de los bailarines, es que aparentemente -o al menos es lo que he concluído-en este tipo de danza irlandesa las mujeres deben traer el cabello suelto, sin importar que tengan las greñitas presentables o completamente mal cuidadas. Es por eso que decidí mejor poner un video de los hombres.

Riverdance no me decepcinó para nada, pero no pagaría lo que, quienes nos regalaron los boletos, pagaron. Sin embargo, he logrado cumplir otro de mis sueños infundados.