Cuando mi Avi era niño, de unos 12 o 13 años más o menos, quería ser marinero, así que un día decidió que el primer paso para lograr esto era irse a Veracruz. Ya no recuerdo muchos detalles de esta historia, y mi Avi no está ahora conmigo para recordarme, pero eventualmente llegó a Veracruz y a fin de cuentas tuvo que regresar a Puebla.Si mi Avi fuera conmigo en el ferry sé que los dos seríamos muy felices, caminaríamos afuera ahí donde la gente se ve sentada en la foto, trataríamos de buscar ballenas o de comprender el cómo funciona todo lo que vemos a nuestro alrededor.
Mi Avi es de las personas que más quiero en este mundo, y siempre, siempre que vaya en un ferry voy a pensar en él, a imaginarme que los dos viajamos juntos.

1 comentario:
Tus palabras son muy dulces y seguro que si te lee tu abuelito sentiría que está allí contigo. Amé tus palabras.
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