Uno de mis regalos de navidad fue un e-reader. Jamás ambicioné uno porque me resisto a creer que éste es el futuro de la literatura. Amo los libros y me gusta tenerlos entre mis manos, me gusta verlos en mi librero y disfruto usar el término de hojear un libro.
Pero de cualquier forma, me dieron esta Navidad el Kobo Mini, y la verdad está muy bonito porque es chiquito y ...jajaja simplemente se ve bonito. Los libros son mucho más baratos para un e-reader, así que eso me tiene motivada, además de que obviamente no pesa absolutamente nada y puedo llevarlo a todos lados sin que mi bolsa parezca maleta.
Ya estoy leyendo mi primer libro aquí y estoy más que feliz porque me encanta este autor. Leo This is How You Lose Her, de Junot Díaz, uno de mis autores favoritos (hay dos entradas en mi blog sobre Díaz, pueden buscar y leerlas). Aunque yo no soy fan de libros con historias cortas -prefiero las novelas-, Díaz es un estupendo escritor que hace que el formato en el que cuenta las historias de Rafa, Alma o Yunior sea lo de menos.
Así que hasta el momento, me gusta mi nuevo mini e-reader y amo la literatura de Junot Díaz.
Siempre he querido ser escritora, es uno de mis tantos sueños y uno de los motivos por los que he decidido crear este blog
lunes, diciembre 31, 2012
Nueva forma de leer
Algo que debe leerse
Leí la semana pasada un libro que me ha gustado muchísimo y que recomiendo ampliamente, The Twelve Tribes of Hattie de Ayana Mathis. Es triste, incluso devastador, pero hermosamente contado. Es la historia de Hattie y sus hijos -cada hijo, y un nieto forman las doce tribus-, de la migración afroamericana del sur al norte, de esperanzas y fracasos, de esa constante lucha por sobrevivir. Las historias comienzan en 1925 y terminan en 1980
Fue en el 2009 cuando comencé a leer historias que se desarrollan en el sur de los Estados Unidos, donde los temas de raza, inmigración y discriminación son centrales.Si bien es cierto que no puedo fingir identificarme con la realidad de la comunidad afrocamericana como ya lo he hecho con otras experiencias de inmigtantes (como en este post), no sé, siento algún tipo de conexión o sentimiento que me hace disfrutar y sufrir estas historias que leo.
Pero en cuanto tengan oportunidad, estoy segura que disfrutarán enormemente este libro.
Fue en el 2009 cuando comencé a leer historias que se desarrollan en el sur de los Estados Unidos, donde los temas de raza, inmigración y discriminación son centrales.Si bien es cierto que no puedo fingir identificarme con la realidad de la comunidad afrocamericana como ya lo he hecho con otras experiencias de inmigtantes (como en este post), no sé, siento algún tipo de conexión o sentimiento que me hace disfrutar y sufrir estas historias que leo.
Pero en cuanto tengan oportunidad, estoy segura que disfrutarán enormemente este libro.
jueves, diciembre 27, 2012
Top 10
Estas son algunas de mis cosas o momentos favoritos del 2012 (el orden es arbitrario)
- Haber terminado mi segunda carrera (inmensamente feliz)
- Tener un bebedor para colibrís...éstos son preciosos, ¡los amo!
- Haber encontrado a una amiga en Argentina, Silvia
- Haber obligado a Morgan a ver telenovelas y darme cuenta que aunque lo niegue, le gustan
- Darme cuenta que tengo futuro escribiendo en inglés, al menos eso me dijo mi supervisora de prácticas. Concretamente no saberme negada.
- Haber encontrado finalmente una amiga en la universidad con la que puedo tomar té, que es inteligente y con bodad extrema, Annelise
- La poesía de Sky Gilbert
- Las flores en mi balcón durante el verano
- Haber visto la serie Lost
- Haber disfrutado inmensamente la última obra literaria escrita por Bolaño , 2666
Sobre lo que escribo
Anécdotas y diversión
miércoles, diciembre 05, 2012
Cuando estoy enojada
Estar enojada me inspira a escribir, pero a la vez, no me gusta hacerlo porque siento que pierdo objetividad. Y el problema es que no me refiero a escribir poemas, sino a discutir cuestiones que siento deben ser tratatos objetivamente o mejor no discutirse del todo. Ejemplo de estos temas son mi relación con la univerisdad en Canadá, las compañeras que tuve durante dos años de mi vida académica aquí, y el feminismo.
Discutir esto se complica aún más porque hasta antes de vivir en Canadá dichos temas los tenía muy claros. Siempre amé ir a la escuela, incluyendo obviamente la universidad -de chiquita, incluso lloraba si por algo tenía que perder un día de clases-. En México siempre tuve amigos y amigas, obvio había gente que no me caía bien, y estoy segura que yo a mucha gente jamás le caí bien, pero en general siempre tuve un muy buen círculo de amistades. Y sobre el feminismo, no tenía opinión alguna, jamás cruzó por mi mente el tema, nunca me cuestioné si yo era feminista o no. Ahora que lo pienso, tal vez siempre lo fui, pero repito, el tema jamás cruzó por mi mente.
Y todas esas cosas que tenía claras en México aquí cambiaron radicalmente, y hasta la fecha aún me cuesta trabajo aceptarlo y comprender el por qué. Justo hoy, ahora, estoy decepcionada nuevamente de todo esto, lo peor es que a veces pienso que sólo soy yo, que quizas no soy una buena feminista y no estoy comprometida con la causa, que no soy tan radical como a veces alego ser. Pero luego sigo pensando, y me doy cuenta que apoyo mi postura en muchos temas y que actuar o seguir otras corrientes sería no ser yo misma.
En fin...hoy no creo que sea un buen día para escribir objetivamente sobre lo que pienso.
Discutir esto se complica aún más porque hasta antes de vivir en Canadá dichos temas los tenía muy claros. Siempre amé ir a la escuela, incluyendo obviamente la universidad -de chiquita, incluso lloraba si por algo tenía que perder un día de clases-. En México siempre tuve amigos y amigas, obvio había gente que no me caía bien, y estoy segura que yo a mucha gente jamás le caí bien, pero en general siempre tuve un muy buen círculo de amistades. Y sobre el feminismo, no tenía opinión alguna, jamás cruzó por mi mente el tema, nunca me cuestioné si yo era feminista o no. Ahora que lo pienso, tal vez siempre lo fui, pero repito, el tema jamás cruzó por mi mente.
Y todas esas cosas que tenía claras en México aquí cambiaron radicalmente, y hasta la fecha aún me cuesta trabajo aceptarlo y comprender el por qué. Justo hoy, ahora, estoy decepcionada nuevamente de todo esto, lo peor es que a veces pienso que sólo soy yo, que quizas no soy una buena feminista y no estoy comprometida con la causa, que no soy tan radical como a veces alego ser. Pero luego sigo pensando, y me doy cuenta que apoyo mi postura en muchos temas y que actuar o seguir otras corrientes sería no ser yo misma.
En fin...hoy no creo que sea un buen día para escribir objetivamente sobre lo que pienso.
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