Siempre fui muy feliz de niña. Amaba ir a la escuela, estar en las tardes jugando con mis vecinos en el patio comunal que compartíamos.
No iba yo a casa de amigos o a fiestas de cumpleños, pero era muy feliz.
No tuve un papá, pero siempre supe lo mucho que mi mamá, abue y Avi me querían.
No salía a restaurantes ni a paseos, pero era feliz comiendo papás con limón y chile con mi mamá los sábados por la tarde.
Siempre supe lo mucho que se sacrificaba mi mamá en el trabajo para que yo pudiera tener un uniforme nuevo cada año, para que los Reyes Magos siempre me visitaran, para que no me faltara nada.
De niña no recuerdo nunca haber estado triste, todos mis recuerdos son alegres. Y todo se lo debo a mi mamá y mi abue.